martes, 24 de julio de 2012

Hablemos de Quilmes (no, tío, no)

Las cervezas que conoces porque lucen en el pecho de un equipo de fútbol nunca me han convencido. Es como que intentan disimular sus defectos en la irracional atracción que uno siente por el equipo. Bueno, en general, los que se anuncian en las elásticas deportivas no me dan demasiada confianza. ¿Bankia en las de la Selección de baloncesto?
La argentina Quilmes es una de las bebidas que conocí así. En el pecho de Boca Juniors. Preciosa camiseta. Bonito logo. Incluso la botella, de 35,5 cl. por cierto, tien una pase. Ahora, lo de la birra es otra cosa. Fresca, ligera, sí. Seguramente en los veranos bonaerenses es lo más apetecible, pero mi experiencia dista mucho de ser agradable.
Creo que todo se empezó a torcer al leer en la etiqueta que contiene 'aditivos para cerveza'. ¿Mande? ¿Qué es lo que es eso? Yo soy muy sencillo y me gustan las cosas claras. Agua, cebada, trigo, lúpulo, levadura y para de contar.
De todos modos me lanzé a probar. Cuando la lanzas a la copa es casi transparente. Muy amarilla y con la espuma muy blanca, desde el primer instante empieza a sonar un ligero eco en tu cabeza. "Artificio, artificio!!!!" Uhmmm. Es vivaz, la burbuja, pequeña y fina sube rápido. Sin embargo, casi de inmediato desaparece. Buff.
El primer trago tiene un cierto dulzor cítrico, no hay acidez. Habrá a quien le encante, pero no es mi caso. El segundo sorbo es mejor, suave. Empiezas a notar que refresca y se agradece. Pasa lo mismo que al olerla. La sensación es de que han buscado hacer un determinado producto y lo logran a la perfección. Claro que eso le quita ¿arte?
El regusto final es agradable. Supongo que con mucho calor y muy fría.... 4,9% para un lager que se puede sustituir por un vaso de agua.

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