martes, 7 de agosto de 2012

Hablemos de cerveza industrial ¿merece la pena?

Justo antes de Navidad, se publicó un post titulado Hablemos de la cerveza artesanal ¿merece la pena? En estos meses creo que el panorama ha cambiado bastante.
Arrancábamos entonces diciendo algo así como "he probado tantas artesanales buenas ckmo malas". Había probado pocas. Hoy, la pregunta es otra. ¿He probado alguna industrial que mejore las artesanales? Casi que no.
Vaya por delante que hay cervezas de gran distribución que no cambio por nada como la weissbier. Sin embargo, y con la mejora en el acceso a las artesanas, el tema ahora es si tiene sentido seguir bebiendo esas birras insulsas cuyo único mérito es estar frías. Algo, por otra parte, que debo agradacer a mi nevera y no al fabricante.
Así las cosas, abandonad las marcas. Renegad de Satanas. Ya sé que la Sanmi te crió en sus brazos. A mí también. Si no será la Mahou o cualquier otra. Ha llegado el momento de hacerse mayores.
Todo esto viene a que acabo de comer en la barra de un bar, nada de lujos,y para beber me han dado una Yria primero y una Dougall's después. Puro vicio. Al próximo que me diga que solo tiene Amstel...

2 comentarios:

  1. Hay muy buenas artesanas... y muy malas, claro que sí.

    Entiendo que tras una Santa Margarida escribas aquella entrada y que tras una Dougalls e Yria escribas esta.

    Pero las industriales existen y permanecerán (aunque esperemos que pierdan cuota de mercado a favor de las buenas micros), porque son necesarias. Puede que incluso varíen sus productos y mejoren la calidad de sus acabados. Ojala. Tampoco hay que despreciarlas por ser lo que son. En otros ámbitos (ropa, coches, moviles) las marcas son algo valorado y "positivo". No hay que ser más talibán que el Papa.

    Disfruta de lo bueno que se te presente en cada momento. Eso sí, FUEGO a la Santa Margarida!!!

    ResponderEliminar
  2. Por descontado seguiremos bebiendo marcas. Incluso algunas son destacables y muy recomendables. Pero pongámonos ante una lager cualquiera. Ante el esfuerzo que supone ir a comprarla, meterla en la nevera y esperar a que se enfríe. Si tuvieramos acceso el mismo acceso a una micro que a una de las populares, ¿cuál compraríamos?

    Por contra, si la decisión es por precio. Una lata es obviamente más barata. ¿Cuánto tardaremos en convencernos de que la relación calidad precio de algunas de las marcas de los supèrmercado de bajo coste son más interesantes que otras afamadas?

    Lamentablemente, respuestas no tengo ni una. Quizá porque no la haya. Pero de mientras nos divertimos probando.

    Un abrazo

    ResponderEliminar