miércoles, 4 de julio de 2012

Hablemos de Damm (Ak Damm)

Póngame una Damm, una AK Damm. Suena a agente secreto y la verdad es que esta cerveza es una especia de misterio patrio. La puedes encontrar en casi todas las tiendas, no es cara, está riquísima y la mayoría de la gente no sabe ni qué es. Cosas de la publicidad supongo. Como no tiene una anuncio cañero con cancioncita y escenas de playa. En fin.
La AK Damm es un lager que sigue el método alsaciano. ¿Qué significa eso? Básicamente que está mejor que todas las rubias de baja fermentación que venden en lata. Sí, las que todos conocemos.
Es un poco más oscura que una pils, la espuma es más densa y el sabor está muchísimo mejor equilibrado, con un justo y espectacular amargor final. Y encima refresca.  
Personalmente, el truco está en la calidad con la que se produce y su maduración en bodega. La Kronenbourg, hecha en Estrasburgo, no alcanza este nivel. Y como todo en Alsacia (muy recomendable visitar la zona) logra esa mezcla entre el carácter alemán y el refinamiento francés. Vale, la frase es de la propia promoción de la marca, pero molaba, ¿no? 
Por cierto, AK significa August Kuentzmann (Herr Damm) el fundador de la compañía. La crearon en 2001 como homenaje a los 125 años de la marca. Y con sus 4,8 grados es como para beber hasta reventar.  

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